Tanto las cafeteras express tradicionales como las cafeteras express automáticas tienen un funcionamiento básico parecido. Las dos tienen un depósito de agua, una caldera que calienta esta agua hasta la temperatura deseada y un circuito que lleva el agua a presión hasta donde se encuentra el café molido.
En esta última parte es donde se diferencian las dos cafeteras. Mientras que en la manual el café se coloca en un cacillo que introducimos y sacamos nosotros mismos, en el caso de las automáticas, este mecanismo es interno.
En los dos casos, es necesario limpiar periódicamente la cafetera para evitar que se acumulen restos de café y aceites que pueden afectar algunas piezas de la cafetera.
¿Cómo limpiar una cafetera express manual?
Incluso la mejor cafetera express manual necesita de unos cuidados para seguir dando un resultado excelente. De entrada, es necesario que después de cada uso limpies el cacillo donde se coloca el café molido. Para ello, se puede enjuagar con agua caliente, procurando que no queden restos de café. Una vez seco, es mejor guardarlo separado de la cafetera, de esta manera no coge malos olores y se mantiene seco hasta el siguiente uso.
Muchas de las máquinas de café expreso tienen elementos extraíbles o desmontables, como el depósito de agua o la bandeja inferior a la rejilla en la que se coloca la taza. Estos elementos también hay que lavarlos periódicamente con agua y jabón, y enjuagarlos bien antes de volver a colocarlos.
El cuerpo exterior de la cafetera se puede limpiar con un paño humedecido para retirar salpicaduras y mantenerlo limpio.
¿Cómo limpiar una cafetera express automática?
Las cafeteras express automáticas realizan todo el proceso de forma interna, incluso muelen los granos de café. Pero eso no significa que su mantenimiento sea más complicado. De hecho, muchas de ellas incorporan un mecanismo de autolimpieza después de cada taza. Aun así, es importante tener en cuenta algunos cuidados para estas cafeteras.
A diario, hay que retirar los posos de café y el agua del depósito inferior y limpiarlo bien con agua y jabón para eliminar los restos orgánicos. Por otro lado, el depósito de agua, generalmente extraíble, también debe limpiarse con cierta frecuencia. Muchas cafeteras automáticas tienen la posibilidad de extraer el cuerpo interno de la cafetera para poder limpiarlo.
Es aconsejable hacerlo una vez a la semana aproximadamente, depende del uso de la cafetera. Para ello, hay que seguir las indicaciones del fabricante para retirar el cuerpo y enjuagarlo con agua caliente para eliminar los restos de aceite y café que pueda haber. Para los restos más incrustados, podemos ayudarnos de un cepillo.
La descalcificación, una limpieza a fondo
Para preparar el mejor café en cualquier cafetera, es recomendable usar agua filtrada o mineral. No solo ayuda a obtener un café con mejor sabor, sino que además, no contiene tanta cal (óxido de calcio).
El cal en el agua se incrusta en los conductos y mecanismos de las cafeteras express y puede alterar su funcionamiento, por ejemplo, al calentar el agua. Por eso es muy importante hacer cada 3 meses una limpieza a fondo de la cafetera, para eliminar todos los restos de cal. Para ello existen productos específicos en el mercado y solo hay que seguir las indicaciones del producto o las instrucciones de la cafetera. Generalmente es suficiente con añadir el producto descalcificador en el depósito de agua y llevar a cabo un ciclo completo de la cafetera. Después se debe llenar el depósito solo con agua para hacer otro ciclo de enjuague.
El vaporizador de leche
Algunas cafeteras express domésticas cuentan también con un vaporizador que se puede usar para calentar la leche. Este vaporizador requiere de una limpieza especialmente cuidadosa para mantenerlo en condiciones. Es recomendable limpiarlo con agua caliente y jabón, justo después de cada uso para eliminar los restos de leche que pueda haber en los conductos.
Limpiamos las partes exteriores frotando con un estropajo con jabón, dejamos que pase el agua por el interior del tubo, si es necesario limpiamos bien los pequeños orificios con ayuda de un palillo. Además, justo antes de utilizarlo, es conveniente purgar con un golpe de vapor. De esta forma, se mantiene limpio y perfecto para preparar una buena espuma de leche para tu café.